Hace poco asistí a dar una ponenecia invitada por una compañera que conocí este mismo año y que me pidió de favor participara hablando de proyectos comunitarios y patrimonio para los jóvenes de una universidad.
No sabía exactamente a que institución me estaba dirigiendo y que también participaba un conocido mío antropólogo serio. al intervenir con mi participación me di cuenta que era una escuela de fin de semana para jóvenes que trabajan y que iban ese día uniformados.
Sin embargo a opinión de algunos amigos de aquel lugar dicha institución no era muy recomendable y no tenía el visto bueno de mucha gente por diferentes razones y entre ellas por que era de una aparición muy reciente y es un proyecto de una "rara" organización.
He visto un comentario en un blog que habla de dicho encuentro, el único comentario anónimo habla de aquella escuela reafirmando los comentarios anteriores.
En aquel momento pensé en varias cosas que pongo a su disposición:
¿ME VOY?
¿DEJAR LA MESA POR EL PRESTIGIO PROPIO SIN IMPORTAR LA ATENCIÓN DE LOS JÓVENES?
¿EN LA SELECCIÓN DE INSTITUCIONES SE DEBE PENSAR EN EL PRESTIGIO O EN ACERCAR EL CONOCIMIENTO A LOS ALUMNOS?
Quiza dichas preguntas traten de justificar la actitúd de quedarme y acabar la participación, ya que me encontraba alli debía asumir mi papel de ponente y respetar la atención de los jóvenes que habían tomado su día de trabajo para uniformarse y sentarse a escuchar.
Supongo que es parte de la labor social pasar por estos inconvenientes
No sabía exactamente a que institución me estaba dirigiendo y que también participaba un conocido mío antropólogo serio. al intervenir con mi participación me di cuenta que era una escuela de fin de semana para jóvenes que trabajan y que iban ese día uniformados.
Sin embargo a opinión de algunos amigos de aquel lugar dicha institución no era muy recomendable y no tenía el visto bueno de mucha gente por diferentes razones y entre ellas por que era de una aparición muy reciente y es un proyecto de una "rara" organización.
He visto un comentario en un blog que habla de dicho encuentro, el único comentario anónimo habla de aquella escuela reafirmando los comentarios anteriores.
En aquel momento pensé en varias cosas que pongo a su disposición:
¿ME VOY?
¿DEJAR LA MESA POR EL PRESTIGIO PROPIO SIN IMPORTAR LA ATENCIÓN DE LOS JÓVENES?
¿EN LA SELECCIÓN DE INSTITUCIONES SE DEBE PENSAR EN EL PRESTIGIO O EN ACERCAR EL CONOCIMIENTO A LOS ALUMNOS?
Quiza dichas preguntas traten de justificar la actitúd de quedarme y acabar la participación, ya que me encontraba alli debía asumir mi papel de ponente y respetar la atención de los jóvenes que habían tomado su día de trabajo para uniformarse y sentarse a escuchar.
Supongo que es parte de la labor social pasar por estos inconvenientes
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